La bases de la
educación orientada hacia el desarrollo sostenible es la piedra
angular del cambio en los valores y en el comportamiento de las futuras
generaciones. Con el fin de conseguir una conservación real de los recursos y
del medio ambiente.
Algunos de los pilares de la Formación ambiental son el respeto, el reconocimiento del valor y de la riqueza de la tierra, del agua y del aire. Y la necesidad de preservar su salud por el bien de todos los que habitamos este planeta (hombres, mujeres, niños, plantas y animales).
Resulta de suma importancia lograr la concientización de cada individuo
de que en un mundo donde todos podrían tener alimentos suficientes para una
vida saludable y productiva, bien vale el esfuerzo personal en pos de conseguir
que esto sea una realidad.
¿Qué es la formación ambiental?
Se le llama
formación ambiental a todos los tipos y métodos de educativos, que le permiten
a los educandos conocer cuáles son los problemas de origen antropogénico que
afectan al Medio Ambiente y les dan las herramientas necesarias para que, una
vez identificadas se puedan revertir sus causas y sus efectos, con el objetivo
de ayudar a que la gente pueda disfrutar de una vida plena y sostenible, tanto
laboral como socialmente.
Cuando se habla de sostenibilidad es fundamental tener en cuenta que la
acepción que se aplica es la siguiente: una acción se considera sostenible
siempre que se pueda realizar de manera continuada, durante plazos de tiempo
cortos o largos, sin que la misma tenga consecuencias negativas sobre el medio
ambiente. Por eso se debe evitar decir que algo es sostenible y no afecta
al medio ambiente, para no caer en una redundancia innecesaria.
¿Por qué es necesaria la formación ambiental?
Porque la educación sigue siendo la mejor y más eficaz herramienta de
cambio en todos los aspectos de la vida y la protección, cuidado y preservación
del medio ambiente necesitan de manera perentoria, que las personas y las empresas
tomen conciencia de la cuota de responsabilidad que les cabe, a la hora de
subsanar errores pasados y forjar un futuro promisorio.
La formación
ambiental ha tenido que seguir un largo camino para lograr que se la reconozca
como lo que es, una profesión de y con futuro. Este trayecto ha estado jalonado
de impedimentos de toda índole, desde el negacionismo del cambio climático, las
fuerzas económicas detrás de los combustibles fósiles, hasta la inercia de los
mercados.
Pero la lucha de
miles de activistas, científicos y centros especializados en formación ambiental ha logrado que
hoy se vea con otros ojos a estas disciplinas y que, a nivel tanto empresarial
como individual haya una concienciación profunda acerca de la necesidad de
aprender a ser menos dañinos y más innovadores, dentro de la sostenibilidad.
Un arduo camino
A los seres humanos
les costó mucho primero darse cuenta y luego aceptar, que su estándar de vida y
su accionar diario estaban haciendo estragos en el clima, acelerando los
cambios normales y cíclicos que sufre el planeta y acabando con el medio
ambiente y los ecosistemas que lo componen.
Una de las
principales dificultades a las que hubieron de enfrentarse los pioneros
en formación ambiental fue la de
hacerles entender a las personas, que además de ser gregarios es decir de vivir
en una sociedad, también son parte de los ecosistemas circundantes con los que
mantienen una relación de interdependencia.
Si bien hoy todos
sabemos qué es medio ambiente, fue difícil hacerles comprender a la gente de
mediado del siglo pasado, que era todo aquello que nos rodea, incluidos los
factores del tipo físico (clima, mareas, luz solar, etc.) y biológicos (flora y
fauna), que influye de manera significativa tanto en el desarrollo como en el
comportamiento de los seres vivos y que su equilibrio es tan frágil como
necesario.
Pioneros en
formación ambiental
Ante la necesidad
de implementar nuevas formas de producción menos contaminantes, de gestionar el
agua de manera adecuada para preservarla, de obtener energía más limpia y
barata o de proteger los diferentes ecosistemas y a sus integrantes de las
acciones antropogénicas fueron surgiendo las diferentes disciplinas que hoy
integran la formación ambiental.
Y si bien los
primeros profesionales en el tema fueron autodidactas derivados de otras ramas
de estudio como la biología, la química, la ingeniería, etc. finalmente se
conformaron programas de aprendizaje destinados a que se conociera la
problemática medioambiental y se pudieran implementar soluciones específicas a
corto, mediano y largo plazo, desde todos los ámbitos de la sociedad.
La
formación ambiental despegó, cuando la mayoría de las personas comprendió que
es parte de un todo que es el planeta Tierra y que tanto los seres como los
fenómenos están relacionados e Inter dependen unos de otros, por lo que es
necesario respetar y preservar la biodiversidad y evitar que nuestras acciones
sigan afectando a la salud del medio ambiente.
Los nuevos retos de
la formación ambiental
La formación
ambiental está diseñada para entender, discutir y prevenir todos aquellos
fenómenos que se relacionan con la interacción entre los seres humanos y el
medio ambiente, pero también tiene otros objetivos, como promover el uso y
desarrollo de herramientas no contaminantes como las energías renovables y/o
gestionar los residuos de manera adecuada.
Los profesionales
que opten por este tipo de preparación deberán ser capaces de identificar,
analizar y comprender las problemáticas especificas relacionadas con el
medio ambiente a las que se enfrentan en cada caso las empresas o los individuos, con
el fin de dar soluciones alternativas, eficaces, sostenibles e innovadoras.
Tantos aquellos que
ya son profesionales de la formación ambiental como los que están estudiando o
se plantean hacerlo serán los responsables de salvaguardar muchos de los
recursos que hasta ahora se están desperdiciando, contaminando o malgastando.
Además, serán los indicados para ayudar al resto de la gente a entender de una
vez por todas, que resolver la problemática medio ambiental es responsabilidad
de todos.
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